Pasa las hojas de una vida en blanco,
buscando una palabra de amor,
nadie la ha escrito en tantos años,
y si lo hicieron ella la borró.
Destinada a estar sola, a morir sola,
sin los ojos de un hombre a cada amanecer,
siguen los días rotos como olas
y ya se ha ido el amor de ayer.
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