lunes, 6 de diciembre de 2010

Recuérdame que sigo vivo.

Quiero llorar y escupirle al mundo
que te quiero como si estuviese loco,
que sólo tú aturdes mi cabeza
con tu olor y tu voz delicada.
No me dejes morir a solas,
abrázame en este gélido invierno
de musarañas esperpénticas
con un ramo de flores por corazón.
Perdóname por ser humano
y no saber controlarme cuando me suicido,
por favor, amiga única,
estarás siempre con mi alma.
Aunque veas que te ignoro
y que no te quiero besar,
realmente son falacias,
date cuenta del fallo del argumento.
Cuando te vea de nuevo,
no sé cuando será eso,
voy a abrazarte sin pensarlo
y a llorarte este poema.