lunes, 6 de diciembre de 2010

Recuérdame que sigo vivo.

Quiero llorar y escupirle al mundo
que te quiero como si estuviese loco,
que sólo tú aturdes mi cabeza
con tu olor y tu voz delicada.
No me dejes morir a solas,
abrázame en este gélido invierno
de musarañas esperpénticas
con un ramo de flores por corazón.
Perdóname por ser humano
y no saber controlarme cuando me suicido,
por favor, amiga única,
estarás siempre con mi alma.
Aunque veas que te ignoro
y que no te quiero besar,
realmente son falacias,
date cuenta del fallo del argumento.
Cuando te vea de nuevo,
no sé cuando será eso,
voy a abrazarte sin pensarlo
y a llorarte este poema.

lunes, 25 de octubre de 2010

Desnúdate de nuevo y bésame la piel,
raja mis deseos con tus afiladas uñas convirtiéndome
a mi
en un sueño de dimensiones espectrales.
Si te viene en gana utilízame, no me importa,
sólo quiero que estés conmigo
aunque estés con todos a la vez.
La verdad es que
si me quisieras con el alma en lugar de con la boca
perdería la gracia seguir luchando por ti.
Sigue como hasta ahora destrozando mis recuerdos,
haciéndome sufrir
y haciendo sufrir a los demás cuando estás conmigo.
Eres tan mágica que me olvido de por qué te quiero,
de por qué daría
cada instante que tengo en el mundo
por estar contigo en mi cama
entre sudor y orgasmos poco excesivos.
Lo mejor es cuando te callas y suena en el teléfono
esa nota oscura y pálida
que nos separa en la distancia de un susurro,
también me gusta cuando
después de jugar al placer
te tumbas y me besas casi sin quererlo,
convencida de que me amas y de que somos tan únicos
como la nada que cubre el corazón de un astronauta con familia.
No olvides nunca,
salvo que el Alzheimer te obligue a ello,
que si escribo hoy por hoy es por ti,
y no por nadie más
que por tus besos.

domingo, 13 de junio de 2010

Delaración particualr de ira.

Ya me cansa todo.

Busco y no encuentro una cura a mis dolores de alma.

Voy rompiendo paredes con mis sueños
y arrastrándome como un mendigo a recoger
los excrementos de mi corazón.
Naufrago cada día en un mar de saliva diferente,
en un océano de placer sin frontera
que se ensucia con el exceso y las tempestades de absenta.

Ya me cansa todo.

Sigo, como en cada vida que he tenido,
acurrucado en unas manos generosas,
en una órbita de legumbres que aborrece
un hijo único a los dos años.

Mis venas no guardan sangre, guardan mi locura
encerrada en viaductos amarillos como el plasma, y a veces,
sólo a veces,
guardan una sonrisa de una chica extrovertida
o de un chico reservado.
Me he meado encima tantas veces que ya no me limpio,
ni lo intento.

Ahora me dedico a susurrarle al viento
que no soporto como azota a los inocentes árboles
que simplemente quieren dormir la siesta.

Creo que ya es hora de que me vaya,
de que termine con todo de la forma más sencilla posible y de que,
sumergido entre tus dientes,
me esconda para que no me vean nunca más sufrir
por el olor de las macetas.

Ya me cansa todo.

lunes, 10 de mayo de 2010

Sus poemas

A veces leo los poemas que ella escribía,
y sonrío tímidamente pensando que pensaba en mí.
Entonces recuerdo esos silencios intensos,
esos corazones que se amaban y tenían miedo.

Ya se fue su cuerpo, ya no hablamos,
pero mi alma aún la echa de menos.
Mis poemas felices son engaños,
los amores que expreso, mis besos, son engaños.

Confieso no saber olvidar, dudar,
confieso que me cuesta confesarme.
Espero que nadie lea este poema manchado de llanto,
y ahora con mis lágrimas de amigas, voy a masturbarme.

jueves, 15 de abril de 2010

Viviendo y muriendo...

Viviendo y muriendo a un mismo tiempo,
pasan las horas y quedan perdidas,
los años se van repletos de sueños
y el viento llora triste a escondidas.

Torpemente, ansiamos vivir mil vidas,
tener como duda el cielo y el infierno,
volar suavemente, fingiendo sonrisas,
y al ver a la muerte, cagarnos de miedo.

Pero todo se acaba y nos preguntamos,
escondiendo un llanto que no tiene cura,
qué fue de mi vida, dónde la he dejado.

Y al fin, en la cama, repletos de arrugas,
mirarnos las venas, sangrar por las manos,
saber que eres libre, bendita tortura.

miércoles, 14 de abril de 2010

Se antojan sonrisas...

Se antojan sonrisas en los bares
mas se esconden por miedo a reproches,
se van las estrellas fugaces
junto al semen de los precoces.
Se muere de celos el invierno
al verte con la primavera,
se ve el amor desde lejos,
el rencor, siempre de cerca.
Se buscan los presos fugados
en la autovía de la utopía,
se vende un corazón olvidado,
nadie lo compra, nadie lo envidia.
Se van la razón y el pecado,
según parece ahora son amigos,
los cuerdos los sueños han ignorado
y a los soñadores los llaman mendigos.

Se nos consume la vida, se nos cierran los ojos,
tenemos miedo de despertar algún día
muertos en el suelo, ser sólo rastrojos
y vagar eternamente convertidos en ceniza.

lunes, 29 de marzo de 2010

Árbol del tiempo

Aparta las telas de la alegría
y torna tus ojos al árbol del tiempo,
deshojado, ingrávido, triste,
marcado por los años que le quedan.

En sus ramajes desnudos arrópate y siente
como se camuflan los segundos,
que en bolas de navidad adornan
la locura y el desasosiego.

No lo tales, ni lo intentes,
porque lejos, con sus hojas,
se convierte en deseo el frío
y en virtudes las macetas.

jueves, 18 de marzo de 2010

Una noche más

La noche se estremecía feroz,
los búhos se escondían por el miedo,
y yo, desafiante, salí a caminar despacio
mientras la sombra me abrazaba como una ramera.

Un mendigo, o un soñador sin techo
vino hacia mí, sonriendo, sin ojos que reflejen la luna.
Un euro, una moneda de un euro
dijo mientras cantaban los grillos del asfalto.

Busqué en mis bolsillos, nada había,
simplemente soledades de pelusa.
Miré su cara y negué con la cabeza,
agaché la vista y vi su mano.

Sostenía una moneda con la cara del rey,
con mis dedos acaricié su áspera piel y guardé el tesoro,
se marchó tarareando una canción triste,
esa canción que canta el alma mientras la boca sólo es un altavoz.

domingo, 7 de marzo de 2010

A veces..

A veces al mundo le apetece sonreírte,
te da todos sus placeres en un papel arrugado
y te dice: disfruta, es tu momento,
te doy felicidad aunque no la hayas ganado.
Entonces tú, amargado por las dudas
lo coges, lo guardas y lo exprimes,
aprovechas hasta el último detalle que hay en el papel,
y estás contento, crees ser libre.
Pero a veces te da ese obsequio y te advierte:
está envenenado, tú decides si lo coges.
Entonces te da miedo, lo rechazas
y sigues tu vida normal, sin emociones.
A mi me lo ofreció y le respondí
quédate tus placeres y tus sonrisas,
dame el veneno que nadie te acepta
que quiero recordar lo que es la vida.

lunes, 8 de febrero de 2010

Duermo para poder soñar...

Duermo para poder soñar,
sueño para sentirme libre,
el aire mece mi pelo y me susurra tu nombre,
y vuelo sin pensar ni en lo que haré ni en lo que hice.

Nada vale nada,
y eso hace que valga menos el valor,
que bien se vive sin notar la vida,
ignorando al despertador.