domingo, 2 de agosto de 2009

Siguen sus ojos, no su mirada

Siguen sus ojos, no su mirada,
sigue su boca, no su sonrisa,
las mismas manos, distintos gestos,
está su cuerpo mas no es la misma.

A ti, musa de un poeta que no escribe,
a ti te lo pregunto,
por qué cambió su vida,
y por qué por ella aún sufro.

Sólo lloro ante un folio,
cuento mis penas a un papel quemado,
necesito amar a otra,
y olvidar lo que es el llanto.

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