Vuelvo a ti,
a mi verdadera amiga,
la que tantas noches
me ayudó.
Vuelvo a ti,
fiel poesía,
me puede este derroche
de dolor.
Y no estoy triste,
sólo cansado,
consumido por las horas
en las que no te lloré.
Y sé que existe
el rencor olvidado
de esa boda
en la que no me casé.
domingo, 2 de octubre de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario